Primera vez que tengo un accidente, lluvia intensa y carretera resbaladiza, el de adelante frenó de golpe, el conductor no pudo frenar y me chocó, la persona está bien, pero el capó del coche se abolló.
En este momento he decidido que, sin importar si estoy en la fila delantera o trasera, siempre llevaré el cinturón de seguridad.
De repente pensé, ¿por qué esperar a que ocurra un problema para hacer un cambio? ¿Por qué mantener una mentalidad de suerte?
¿Y si ocurre un gran problema esta vez? Aunque no sea muerte o fractura, incluso una leve conmoción cerebral, un diente delantero golpeado y cosas así, no quiero aceptarlo...
Por si acaso... por si acaso... es una preparación de diez mil veces, por esa posible pérdida que tal vez nunca ocurra.
Abróchate el cinturón de seguridad, usa bien el preservativo, agárrate bien de la barandilla, no juegues con el apalancamiento, come bien y duerme bien...
Sé una persona que escucha a los ancianos. La persona que aprende lecciones de la experiencia de otros.
Ver originales
Esta página puede contener contenido de terceros, que se proporciona únicamente con fines informativos (sin garantías ni declaraciones) y no debe considerarse como un respaldo por parte de Gate a las opiniones expresadas ni como asesoramiento financiero o profesional. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más detalles.
Primera vez que tengo un accidente, lluvia intensa y carretera resbaladiza, el de adelante frenó de golpe, el conductor no pudo frenar y me chocó, la persona está bien, pero el capó del coche se abolló.
En este momento he decidido que, sin importar si estoy en la fila delantera o trasera, siempre llevaré el cinturón de seguridad.
De repente pensé, ¿por qué esperar a que ocurra un problema para hacer un cambio? ¿Por qué mantener una mentalidad de suerte?
¿Y si ocurre un gran problema esta vez? Aunque no sea muerte o fractura, incluso una leve conmoción cerebral, un diente delantero golpeado y cosas así, no quiero aceptarlo...
Por si acaso... por si acaso... es una preparación de diez mil veces, por esa posible pérdida que tal vez nunca ocurra.
Abróchate el cinturón de seguridad, usa bien el preservativo, agárrate bien de la barandilla, no juegues con el apalancamiento, come bien y duerme bien...
Sé una persona que escucha a los ancianos.
La persona que aprende lecciones de la experiencia de otros.